Los frenos son un elemento esencial a la hora de conducir. Si todos sus componentes no se encuentran en perfecto estado puede suponer un grave peligro tanto para la seguridad de los pasajeros del mismo coche como para el resto de usuarios de la vía pública.
Las pastillas de freno llevan a cabo un trabajo imprescindible en el sistema de frenado. Cuando se pisa el pedal de freno, la palanca conectada empuja un pistón que se encuentra en el cilindro maestro, esto hace que el fluido hidráulico pase al sistema de tuberías y después a los cilindros ubicados al lado de los frenos de cada rueda. Esta presión del líquido provoca que los pistones empujen las pastillas contra el disco, provocando así la fricción necesaria para frenar la rueda.
¿Cuándo cambiar las pastillas de freno?
Las pastillas de freno son un elemento de desgaste, esto quiere decir que debido a su función y a la manera en que trabajan, estos elementos se desgastan con el uso. Por eso es necesario llevar a cabo un mantenimiento regular y sustituir estas piezas cada cierto periodo de tiempo. En el caso de las pastillas de freno se recomienda cambiar las delanteras cada 60.000 kilómetros y las traseras cada 120.000 kilómetros. Sin embargo, hay un gran numero de factures que pueden ocasionar mayor desgaste, y su tiempo de duración se reduciría.
Pastillas de freno Stark
La marca Stark ofrece una gran variedad de pastillas de freno de gran calidad para diferentes modelos de coches. Además, estas pastillas tienen un contacto avisador de desgaste que avisa al conductor en el momento en que la pastilla está demasiado gastada y debe ser cambiada.
Este es un elemento esencial para la seguridad del coche, por tanto, lo mejor es dejar en manos expertas su sustitución y evitar problemas. Sin embargo, si eres manitas y te gusta hacerle trabajos a tu coche, te enumeramos unos pasos básicos para sustituirlas tú mismo.
Para llevar a cabo la sustitución se deben llevar a cabo los siguientes pasos:
- Girar la dirección del coche en dirección hacia la rueda en la que se vaya a trabajar y después utilizar la llave de cruz para aflojar las tuercas sin acabar de sacarlas.
- Posteriormente se debe elevar el coche y retirar las tuercas para poder sacar la rueda y acceder al sistema de frenado.
- Mediante el uso de una llave allen hay que retirar los tornillos que sujetan las pastillas y utilizar un destornillador plano para hacer palanca y así extraer las pastillas antiguas.
- Instalar las nuevas pastillas de freno. Una vez en su lugar hay que comprimir y ajustar el pistón de freno para fijarlas y volver a atornillarlas mediante el uso de una allen.
- Se debe instalar de nuevo la rueda colocando de nuevo las tuercas.
- Este proceso se debe repetir con la otra rueda del mismo eje.
- Finalmente, para acabar de colocar perfectamente la pastilla en su lugar, hay que presionar el pedal de freno total y progresivamente varias veces.
¿Te atreves a hacerlo tú? Manos a la obra…
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